Los políticos festejan sus bacanales electoreras en el escenario principal antes de irse a descansar y soñar con privilegios y fueros propios de su especie. Tras bambalinas los responsables de comunicar inician la aventura de las letras, solitarios muchas veces, y con la presión de cuidar que no escape algún detalle a la historia aún en desarrollo.
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