jueves, 15 de abril de 2010

HOMO ZAPPINGS AL 2x1: La no privacidad en tiempos de las TIC´s y el nuevo Mesías‏

¡Pretendí estar incomunicado!
Darwin Franco Migues



¿Cómo permanecer incomunicado en un mundo que puja por la visibilidad absoluta y la localización constante? ¿No le han dado ganas, en algún momento, de “estar sin estar”, de olvidar a propósito su celular sin remordimientos?

Una de las consecuencias, que no se advierte con el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s), es que éstas condenan, de alguna y muchas formas, a la visibilidad y localización total.

Uno no porta un celular sólo como una forma de comunicación con el mundo o los suyos, sino que además éste funge como un cordón umbilical o una extensión de la seguridad familiar en donde estar incomunicado es motivo de preocupación o sospechas. Pues, como expresara la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Rosalía Winocur, en un mundo que posee la información y la comunicación como monedas de intercambio social y simbólico: “hasta Robinson Crusoe ya tiene celular”.

El no contestar, con o sin propósito, se vuelve un poderoso motivo para el cuestionamiento, la duda y el temor. Ya no son tan creíbles las excusas sobre la no escucha del timbre, la falta de señal o batería y, ya ni se diga, de escudarse ante la defensa de la privacidad, porque en un mundo como hoy, rodeado de pantallas y antenas, querer estar solo no es una opción.

Por eso vamos por el mundo conectados a múltiples dispositivos que nos conducen de lo real a lo virtual o viceversa. Pensando -quizá- que así no estaremos solos; por eso, cuando uno se conecta al Messenger o al Facebook lo que busca es compañía en solitario; es decir, gritarles a los demás: ¡aquí estoy, he posteado algo!

Pero si nadie contesta a las ventanas naranjas o comenta tu perfil, deviene una angustia que provoca los cuestionamientos más extremos: ¿por qué no me contesta: estará enojado, ya no me ama? ¿Con quién estará? ¿Para qué se conecta si no va a decir nada?

La privacidad real y virtual es un lujo que, mediado por las TIC’s, se ha vuelto público, es como el que no usa reloj para no estar atado al tiempo, sólo que con el Internet o el celular no es únicamente el tiempo sino el espacio y la materialidad, el sí-mismo -como dijera mi colega, Víctor Hugo Ábrego-.
Todas las vacaciones pretendí estar incomunicado: apagué el celular y la computadora, pero no era el mismo; mi pierna vibraba y mis oídos me alertaban sobre la ausencia del celular, tenía inquietud sobre lo que otros hubieran dicho de mí en mi ausencia del Facebook: ¿habrá pasado algo en esa otra vida que construyo en mi página social?

Prendí mi celular y nadie llamó o mensajeó; me conecté al Facebook y para sorpresa muchos estaban ahí ansiosos de compañía. Éramos islas solas, pero conectadas.



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El nuevo mesías



Hace unos días encendí la televisión y vi en ella al mesías, pero éste no estaba postrado en la cruz por los rumbos de Iztapalapa o dentro de una película religiosa mostrándonos su gran sacrificio, no. Este mesías vestía de traje y cual iluminado tomó un lugar dentro de una sala de prensa sombría; al sentarse, no sólo estaba frente a los reporteros sino también de cara a la nación, al mundo.

Cuando tomó el micrófono y dijo: “Bueno, llegó el momento esperado por todos”, la nación calló para escuchar el mensaje de quien -dicen- conducirá al país a la victoria.

Las imágenes son claras y muestran a la gente en torno a cientos de pantallas, radios: nadie quiere perderse sus palabras. Lo mostrado por la televisión hace recordar los mensajes que en el cine dan los presidentes antes del fin del mundo. Pero esto no es el final, sino el comienzo.

Como quien espera que vengan las masas prosigue: “Éste es el momento de no mirar atrás y seguir para adelante: de ser un equipo”, ahí todos olvidan las bajas colaterales de la guerra contra el narcotráfico o los convenios a espaldas de la ciudadanía, para ponerse la camiseta que lleva puesta el nuevo líder; quien sentencia: “… es el momento de 11 en la cancha y millones en la banca”, y sí, estimado lector, ese mesías es Javier Aguirre, el entrenador de la Selección Nacional.

Usted disculpará la irónica comparación, pero dentro del comercial -patrocinado por la cerveza Corona- el técnico que dijera que el país estaba de la chingada (mano) aparece como el único capaz de convocar a la nación y de hacer que ésta no quiera hacer otra cosa que escucharlo; cosa que le debe dar envidia y coraje al presidente Felipe Calderón, quien no convoca ni une a los suyos (me refiero a los azules).

En el spot, la vida de todos los mexicanos depende de lo que este hombre logre hacer con sus jugadores en la cancha del estadio Soccer City, donde la Selección inaugurará el mundial contra el anfitrión Sudáfrica. Por esto se le pide a la nación “no parpadear, aguantar la respiración y unirse en millones”, pues lo que de verdad importa es el futbol y no las protestas ante la corrupción, la inseguridad o el fuego cruzado que nos hace sicarios antes que ciudadanos.

Por eso Aguirre, en el spot y en junio próximo, asumirá este país endeble y casi a punto del colapso para decirnos, cual mesías: “Es tiempo de no contenerse, de rasgarse la garganta para gritarle al mundo: ¡Aquí estamos!, hay que jugarse el todo por el todo, cada quien desde su cancha. Porque algo sí es seguro: no luchamos por la gloria ni de uno ni de 11, sino por la de millones, del norte, del sur, hombres, mujeres, todos. Es tiempo de que se enchile la piel, de convencernos de que ¡sí se puede! Llegó el momento de gritar: ¡Vamos, vamos México!”.

En el comercial, la nación se conmociona y grita eufórica ante su líder carismático. ¿Qué pasará el 11 de junio? ¿Gritaremos igual? ¿Será el gol el único desfogue social ante la presión de la inseguridad y la incapacidad política? ¿Pasaremos de ser ciudadanos a simples aficionados? ¿Nos sentiremos ganadores?

Es triste, pero cierto; ante la falta de líderes, el mercado -y no la política o la ciudadanía- nos ofrece falsos mesías, patrocinados por cervezas.

Para ver el comercial: http://www.youtube.com/watch?v=49XeLG7q1GM


P.D Muchos me han comentado que las columnas parpadean o algo por el estilo, creo que el problema viene del servidor de Buzos. Prometo corregir esto.

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