domingo, 30 de enero de 2011

Breve manual para políticos: cómo lidiar con periodistas (I)

1- Atender el teléfono:
Aunque parezca increíble, tanto políticos –funcionarios o no- como sus encargados de prensa, a veces no atienden el teléfono. En general los medios de comunicación no tienen horarios, ni feriados, ni domingos. En los diarios, la actividad puede empezar a las 7 de la mañana y terminar a medianoche. Ni hablar de los portales web de noticias. Por eso es imprescindible que tanto políticos como sus encargados de prensa entiendan esto y actúen en consecuencia.

Aunque no puedan ayudar con la requisitoria puntual o no quieran dar información (es válida la esteriotipada frase “sin comentarios”), tienen la obligación de atender el teléfono porque deben adaptarse al ritmo y a las necesidades de los medios.

2- Dar información:
Este punto parece ridículo, pero son contados con los dedos de una mano los políticos que dan buena información, y con esto me refiero a cuestiones publicables, que no necesariamente son cosas importantes.

Esto lo divido en dos partes: por un lado están los dotados técnicamente (ministros, subsecretarios, legisladores) que manejan los temas que nos interesan y, supuestamente, le interesan a la sociedad, que dan información fidedigna, basada en argumentos, con datos precisos y comprobables. Claro que los hay capacitados para comunicar y de los otros, que utilizan tecnicismos imposible de “bajar” al lenguaje cotidiano.

Por otro lado, están los “tira títulos”. Se trata de dirigentes que saben que la polémica vende, atrae, nos encanta, y tira definiciones cortas y controversiales, ideales para titular. Esta “cualidad” se puede trabajar, pero tiene más de innato que de cuestión entrenada

3- Todo lo que hacen nos interesa:
Para graficar esto, un ejemplo claro. Hace unos años, en un comentario cortito, publicamos que habíamos visto a tal intendente salir del tal casino con una señorita de rubia. Resulta que la esposa del intendente era morocha.

El hombre se enojó mucho, seguramente porque nunca se imaginó que un periodista lo iba a ver y después iba a contar que lo vio. En general, los periodistas vivimos para contar lo que vemos. Es el ABC del oficio. Y los políticos son personas públicas. Por eso, más que nadie, deben entender el juego y actuar en consecuencia.

4- No hay amigos periodistas:
Nunca es bueno, para un periodista, ser amigo de un político. No es una máxima, sólo un consejo. Hace años, me había hecho amigo de un senador del Partido Demócrata, un tipo joven, con ideas interesantes. Era fuente permanente de información, tanto de las cuestiones que sucedían en la Legislatura como de movimientos internos de su partido. Tomábamos café todos los días. Por una investigación sobre becas en la Legislatura, descubrí a muchos legisladores que, a cambios de la ayuda, hacían trabajar a los becados, cosa prohibida. Otra práctica era la de “pagar” a punteros con esos fondos.

El senador amigo mío estaba en la lista becando a un pariente. Me dolió, pero salió publicado como todos los demás. El tipo entendió, y supo que el periodista, siempre, antes que amigo, es periodista. Y es otro consejo, ninguna máxima.

Fuente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/267402-politica-en-ojotas-el-manual-para-lidiar-con-periodistas-obligatorio-para-candidatos/

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