Se fue LUZ y quedó FUERZA
Darwin Franco Migues.
Muchos son los debates que se han dado entorno al decreto presidencial que determinó el cierre de Luz y Fuerza del Centro (LyFC); por un lado, se ha hablado de que la acción de Felipe Calderón es un acto represivo en contra de quienes se negaron a poner a su “gallo”, Alejandro Muñoz Reséndiz, al frente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), dicho sea de paso este personaje ahora aparece junto al líder del SME, Martín Esparza Flores, “luchando” por un sindicato al que pretendía entregar. Por otro lado -el más presidencial-, se ha manejado que los gastos operativos de LyFC eran ya inmanejables y que la empresa, vía la corrupción del sindicato, operaba ya en números rojos y, por tanto, gastaba/robaba -como prefiera completar la frase- más de lo que generaba.
La conjunción de ambos fenómenos ha derivado en un oportuno “decretazo” materializado en un mensaje presidencial trasmitido tras la euforia del pase al mundial de la Selección Mexicana. Así, aprovechando que el “Cuauh” era el héroe, el antihéroe nacional aprovechó la oportunidad y quitó “por el poder de su firma” a quienes se negaron a participar, ya sea por la lucha “nacionalista” de los recursos energéticos o por la falta de rentabilidad del negocio, propuesta en la apertura de LyFC al “capital privado”.
Tal apertura se daría a WL Comunicaciones (WLCOM) -a la que negó Calderón tres veces antes de apagar el switch de LyFC-, dicha empresa tiene como distinguidos socios a dos ex secretarios de Energía del sexenio de Vicente Fox: Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens -no piense que éstos usaron su puesto para extraer información privilegiada (¡qué va!)- y cuenta desde el año 2000 con una concesión para: “instalar, operar y explotar una red pública de telecomunicaciones”, publicado así en el Diario Oficial de la Federación del 30 de mayo de 2000. ¿Por cierto, en el año 2000, quién era secretario de Energía?
WLCOM y LyFC ya tenían firmados varios contratos; por ejemplo, el 23 de agosto de 2005, LyFC otorgó, en arrendamiento de infraestructura, a WLCOM un espacio para colocar cable de fibra óptica en 312 kilómetros -postes y torres- y 13.11 kilómetros en ductos subterráneos. Los convenios más importantes fueron firmados en octubre y diciembre de 2007, cuando se pactó la concesión en la explotación de fibra óptica. Sin embargo, esto no se consumó debido a que jamás hubo un arreglo entre las partes: LyFC, WLCOM y el gobierno de Calderón.
Todo se bosquejó para que en las elecciones del SME de julio pasado, Calderón obtuviera vía libre con el triunfo de Muñoz Reséndiz, él que -por cierto- recibió dinero del PAN para el proceso interno; no obstante el apoyo gubernamental, el ganador fue Martín Esparza. Tras perder la elección, Calderón ordenó a su secretario del Trabajo, Javier Lozano, desconocer la elección y negarle el reconocimiento oficial a Esparza.
Sin esperar las vías legales, Felipe Calderón optó por desaparecer LyFC y, con ello, mandar al desempleo y desamparo a 62 mil trabajadores entre activos y jubilados. De cobrarse todas las liquidaciones el pueblo mexicano pagará alrededor de 20 mil millones de pesos.
Calderón apagó la luz con el uso de la fuerza, el SME pone la fuerza sindical en las calles y se niega a perder la luz -y sus millonarias ganancias sindicales-. Y quienes ya vieron la “luz” al final del túnel son los empresarios de WLCOM.
Respuesta: Luis Téllez era el secretario de Energía en el año 2000, ahora es secretario de Comunicaciones y Transportes, justo a él le tocó autorizar las concesiones para la explotación de los servicios de voz, datos e Internet a través de la estructura de fibra óptica que Luz y Fuerza del Centro ya había instalado.
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