-“ayer te ví tomándole fotos a alguien famoso; que padre ser fotógrafo, ¿no?”
-pues no- respondí a lo niños curiosos que no dejan de observar la cámara que tiene el 80-200 y el flash.
Ser fotógrafo de prensa tiene (o por lo menos así debería dicta la teoría) la altísima responsabilidad de llevar a la sociedad una mirada imparcial de la historia; más allá de los intereses y objetivos de las diferentes editoriales. Sin embargo la elección del 2006 además de ser la elección más controvertida por sus resultados, es en la que los medios de comunicación volcaron todo su poder de influencia y la convirtieron en una elección mediática; fue la elección más visual de la que hayamos tenido memoria. –que no quiere decir que haya sido con la de mejor propuesta visual- (por lo menos fotográficamente hablando) .
Fue la elección más democrática (también fotográficamente hablando; lo otro… es lo otro…) Y digo que fue la más democrática porque los fotógrafo de prensa tuvimos que hacer la cobertura de todas las opciones políticas sin dejar de lado ningún partido o propuesta por rara que pareciera. Claro, entre más exótica mas fotografiable…
Esto nos llevó a que, si bien, el impacto mediático provocó que la participación ciudadana fuera mayor que en otros procesos; toda la sociedad fue de alguna u otra forma participativa. Al final de la contienda todos éramos analistas políticos. Independientemente de nuestra ocupación habitual: Comerciante, mecánico, chofer de taxivan, ama de casa… Ningún país en el mundo (decía Monsiváis) ha tenido tantos analistas políticos. O por lo menos en ninguna galaxia cercana de la que yo tenga conocimiento. Al final todos fuimos analistas, al final todos opinábamos cual era el bueno y cual era el malo, cual era el pecador y cual era salvo, cual era el ladrón y cual era el otro.
Así que en medio de las campañas que en realidad comenzaron desde el 2005 (aprovechando las lagunas de las leyes electorales), los ciudadanos pudimos disfrutar (o dar cuenta) de las pre-pre-pre-campañas y la decisión histórica del 2006 y todo esto gracias a un testigo mudo, que en todo momento hizo discretamente presencia: El y las fotógrafo (as) de prensa.
El esfuerzo del trabajo del día a día captado por los fotógrafos queretanos está reunido en este también esfuerzo importante de la memoria grafica que edita el IEQ. Y aunque la invitación fue universal, no todos están publicados, pero eso no significa que su trabajo no valga. Por el contrario no todo lo publicado es la historia absoluta. La historia está construida de microhistorias y las que no están publicadas también son parte de la historia.
Ahora bien. Como fotógrafos tuvimos el gusto, la emoción, y tb el tedio a lo igual que todos los militantes (o no) de todos los partidos políticos de escuchar los discursos interminables, las largas esperas bajo el inclemente sol, la lluvia, el frío que en momentos nos llevó a pensar – ¿qué chingaos ´toy haciendo aquí?, total… este wey ni va a ganar- Pero la historia no se puede contar a medias y teníamos que ser testigos de lo que más se pudiera de este momento histórico.
El proceso.
Los fotógrafos queretanos de prensa fuimos a atestiguar las pre-pre-pre-campañas. Que luego serían las campañas del miedo que mantuvieron al público en ocasiones aburrido e hipnotizado. En donde el futbol era la única catarsis y mantenía a la sociedad hecha un verdadero núcleo, fuera de ahí éramos políticamente multicolor. Y el fotógrafo de prensa dio cuenta de ello.
Los candidatos retratados también fueron un desfile heterogéneo. Desde los candidatos ungidos y rebautizados hasta de decepcionados, los abandonados, los luchadores, los idealistas, los oportunistas y también los de siempre; de todos hay foto.
Al final del día se contaron los votos y el fotógrafo estaba ahí. Fue otro escrutador más. El voto no fue una simple boleta con una marca en un cuadrito, llevaba todas las emociones y energías de una persona, en ocasiones, llevaba el consenso familiar que había sido o nó inducido de la batalla mediática de promoción del voto. Voto que cualificado era el voto pecador, el voto crítico, el voto condicionado, el voto indeciso. Pero al final el voto que en muchos casos los niños hicieron. Digo, físicamente. Los niños que además de ser niños (como si eso no bastara) se empaparon de un proceso electoral de los adultos y acudieron a acompañar con los papás a depositar el voto. Los políticos dejaron de ser políticos y fueron a votar, los carniceros dejaron de ser carniceros y fueron a votar, los narcotraficantes dejaron de ser narcotraficantes y fueron a votar. Los fotógrafos no dejaron de ser fotógrafos porque estuvimos ahí. De testigos.
Y luego también la fiesta del repudio. Esa también y con más ganas (por ser histórica) los fotógrafos la guardamos para la memoria colectiva de la sociedad.
De casi todo hay foto. Del pre-pre-pre- proceso hasta en estos días, porque los fotógrafos de prensa están ahí, calladitos, documentando la vida cotidiana y política de la historia para devolverla en la memoria grafica de la sociedad.
Pensándolo bien:
-¡que padre ser fotógrafo¡ ¿no?...
Demian Chávez.
5 de Julio 2007. Museo de Arte. Santiago de Querétaro.
Texto leído en la presentación de la Memoria Gráfica del Proceso Electoral Querétaro 2006, editado por el IEQ.
Imagen de las elecciones de 2009.
Foto: Demian Chávez.
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